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11/8/09

Octavo día: Gorkiy Park



Hoy hemos ido al un mercadillo fijo situado en las inmediaciones del estadio Lugniki. No se diferencia mucho de los mercadillos españoles. Eso si, por las estrechas calles del mercadillo pasan muchos hombres transportando carros llenos de paquetes de un lado a otro gritando pidiendo paso. Puedes encontrar de todo: ropa, bolsos, zapatos, falsificaciones de todo tipo... Como en todo mercado hay que tener cuidado con tus pertenencias.

Después no dirigimos a un monasterio amurallado no lejos de allí, Novodevechiy Monastir. La pena es que ese día estaba cerrado. El monasterio es patrimonio de la UNESCO y debería de ser interesante visitarlo. Justo al lado de este, hay un parque con un lago; justo en medio de la ciudad, donde se puede pasar un buen rato descansando.

Acto seguido fuimos al Gorkiy Park. Un parque céntrico, muy popular. Lo curioso es que hay que pagar 80 Rublos por la entrada, pero merece la pena dar el paseo. Como en muchos parques moscovitas, dentro hay muchas atracciones de feria. Comimos en una de las casetas un crepes de pollo y uno de cereza. De postre ponchiki, una mezcla entre una porra y un donut, que estaba bastante bueno.

Paseando, comprobamos que las escopetas de feria hacen honor a su nombre y Natalia con una ballesta real consiguió un peluche.

Justo enfrente del Gorkiy Park, se encuentra la sala de exposiciones CDJ. Aquí muchos pintores ponen a la venta sus obras, así dándose a conocer. La entrada cuesta 100 Rublos, 150 si no es en Agosto. Si te gusta la pintura puedes encontrar una gran oferta en cuadros.

Ya para cenar, fuimos al Yolki-Palki. Es una cadena de restaurantes muy común en Moscú, donde sirven comida tradicional rusa. La calidad no es mala y el precio es razonable. Para ir al restaurante cogimos un taxi privado. Consiste en un Lada (fabricante de coches ruso), del inicio de la guerra fría, que aun funciona. No le pidas que todas las puertas se abran o que no se desvíe a la izquierda, como el nuestro. Para cogerlos, solo tienes que quedarte parado en el borde de la acera y seguro que en 2 minutos alguno ha parado. Cuando pare, tienes que pactar con el conductor el precio de la carrera y montarte. Van rápido y si pueden lo ponen a tope, 80 km/h. Antes de hablar con el conductor, nos tiene que dar confianza el conductor a simple vista. Es una experiencia curiosa.

Escrito por: Suso

1 comentarios:

Santiago Nadal dijo...

Hola Natalia. No te imagino con una ballesta. Santiago

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